Biografía
De niño, Anton Virich se dio cuenta de que el odio y la crueldad eran inaceptables para él, por lo que abandonó el deporte agresivo. Sin embargo, en julio de 2023, las fuerzas del orden rusas lo acusaron de extremismo. Debido a sus convicciones amantes de la paz, la fe en Jehová Dios, el hombre terminó en un centro de detención preventiva y, en la primavera de 2024, el tribunal lo sentenció a 6 años de prisión.
Anton nació en 1980 en Pervouralsk (región de Sverdlovsk). Tiene una hermana mayor. Cuando Anton tenía 6 años, su padre lo envió a clases de judo. Cinco años después, el chico decidió dejar este deporte, ya que contradecía su naturaleza amable y sensible. A menudo, el entrenador lo obligaba a pelear no solo con los niños, sino también con las mujeres, para "ver a todos como un enemigo". Tales puntos de vista eran inaceptables para Anton.
También asistió a la escuela de arte, le gustaba esquiar, rociarse con agua fría y una vez participó en un maratón de carreras en la ciudad. Además, a Antón le gustaba hacer carpintería. En la escuela de construcción, de la que se graduó con honores, el joven aprendió a ser soldador y se fue a trabajar a la fábrica. Luego trabajó como gerente de ventas, y más tarde se dedicó a la decoración de apartamentos.
Antón, después de conocer a los testigos de Jehová, vio cómo la Biblia cambia a las personas para mejor, y profundizó en el estudio de este libro. Amando a Dios, él y su madre decidieron hacerse testigos de Jehová. Más tarde, su padre se unió a ellos.
En junio de 2007, Anton se casó con Liliya, quien comparte sus puntos de vista sobre la vida. Lo que la atraía de la Biblia era el sentido común, la lógica y la practicidad. A la pareja le encanta caminar juntos por la naturaleza, leer libros y pintar cuadros al óleo. A Anton le siguen encantando los deportes: correr y entrenar la fuerza.
El enjuiciamiento penal y el encarcelamiento de Anton afectaron el estado emocional de toda la familia. La madre del creyente compartió: "Estamos indignados por la actitud de las autoridades hacia nuestro hijo. Lo criamos de acuerdo con altos estándares morales. Siempre mostró amor y bondad hacia nosotros y hacia los demás, era sensible y atento, respondía al dolor y los problemas de otras personas, era una persona honesta y respetuosa de la ley. Y no entendemos por qué nuestro hijo está siendo procesado", enfatizó la suegra de Antón: "¡Esto es injusto! ¡Es una persona maravillosa, amable, gentil y simpática! Sé que Antón no sufre por un crimen, sino por su fidelidad a Dios. No importa lo que suceda en el futuro, estoy seguro de que mi yerno resistirá cualquier prueba con dignidad".