Biografía
Yelena Mironova experimentó varias pérdidas trágicas de seres queridos, pero encontró apoyo en su fe en Dios. Con el inicio de la persecución penal por creencias religiosas, comenzaron nuevos desafíos en su vida.
Yelena nació en junio de 1968 en Cheliábinsk. Ella y sus dos hermanas menores fueron criadas por su madre y su abuela. Mamá trabajó como operadora de grúa durante más de 20 años. A la edad de 50 años, murió de cáncer. En 2017, la hermana mediana de Yelena falleció.
Cuando era niña, Yelena visitaba a menudo a su abuela en el campo. Le gustaba estar en la naturaleza y observar animales. Además, iba al estudio del coro y bailaba.
Después de la escuela, Yelena se graduó de la universidad y recibió la especialidad de operadora de computadoras. Durante algún tiempo, trabajó de profesión en una fábrica y al mismo tiempo continuó estudiando. Después de recibir educación adicional en la Facultad de Economía de Cheliábinsk, fue transferida al puesto de contadora. Más tarde, en diferentes épocas, Yelena trabajó como tendera, vigilante, pastelera, empleada doméstica y vendedora.
En 1985, Yelena se casó con Vyacheslav, que trabajaba en la fábrica como quemador. Criaron a su hija Tatyana. La pareja vivió junta durante 20 años. En 2005, Vyacheslav murió de cáncer progresivo.
Desde niña, Yelena se preguntaba por qué muere la gente. En 1996, Vyacheslav invitó a su colega y a su esposa, testigos de Jehová, a visitarlo. Le contaron a la pareja sobre la esperanza bíblica para los muertos. Además, a Yelena le conmovió la exactitud del cumplimiento de la profecía bíblica. En 1998 se bautizó como testigo de Jehová. Más tarde, su hija se unió a ella en el camino cristiano.
Como pasatiempo, a la mujer le gusta cultivar verduras y flores. En su tiempo libre, a Yelena le gusta invitar a sus amigos y invitarlos a comer pasteles caseros.
Durante la búsqueda, Yelena y Tatyana, que yacía con fiebre, experimentaron un fuerte shock. Las fuerzas de seguridad derribaron la puerta principal e irrumpieron en el apartamento. Yelena dijo: "Todos los vecinos estaban asustados, incluso después de un rato, una vecina dijo que su hijo tenía miedo de salir a la entrada. . . Ya no nos sentíamos seguros en nuestro propio apartamento. Algunas enfermedades empeoraron" Familiares y vecinos de Yelena consideran que la persecución penal fue un error.