"Y finalmente, nos conocimos": Konstantin Sannikov cumplió su condena por fe
TartaristánKonstantin Sannikov, de 55 años y padre de cuatro hijos, se reunió con su familia a las puertas de su colonia penal en Almetyevsk después de cinco años de separación. El 10 de septiembre de 2025, cumplió una sentencia impuesta por un tribunal por sus creencias religiosas como testigo de Jehová.
"En nuestras cartas, mi esposa, Ira, y yo comparamos estar en prisión con un vidrio opaco tan largo", recuerda Konstantin. "Era como si solo viéramos los contornos del otro y camináramos a lo largo de él: ella a un lado, yo al otro lado. Se decían unos a otros: "Terminará algún día". Y finalmente, nos conocimos y nos abrazamos".
Los primeros dos años tras las rejas los pasó aislado de su familia: el investigador no le dio ninguna visita ni llamada telefónica. La hija de Konstantin, Margarita, recuerda: "Papá faltaba en la cena, se extrañaban sus consejos y abrazos". La única forma de comunicarse eran las cartas, que se convirtieron en un "soplo de aire fresco" para los Sannikov. No solo la familia de Konstantin le escribió, sino también cientos de otras personas solidarias de diferentes países y territorios lo hicieron. Intentaron privarlo de esta alegría, una vez que el personal del centro de detención preventiva ordenó al creyente que se negara por escrito a recibir cualquier correspondencia, excepto de sus familiares. Konstantin se negó. Después de eso, fue colocado en una celda especial, donde se tocó música a todo volumen continuamente durante tres días y noches. "No sabía cuánto tiempo duraría antes de volverme loco", recuerda el creyente.
Según las memorias de Konstantin y su familia, el primer año de encarcelamiento fue el más difícil. El creyente fue mantenido en celdas superpobladas del centro de detención preventiva, tuvo que dormir por turnos, no había suficientes camas. Durante seis meses, Sannikov sufrió ataques de hipertensión. "Ni siquiera podía inclinar la cabeza para mirar la carta", recuerda. Solo gracias al esfuerzo de los familiares, fue posible conseguir los medicamentos necesarios.
La esposa del creyente dijo que durante estos años sus amigos fueron su apoyo. Estaban interesados en cómo iban las cosas, ayudaron financieramente, dieron comida, escribieron tarjetas, enviaron flores a Irina. "Fue una preocupación real. Estamos muy agradecidos", dice Irina.
Mirando hacia atrás, Sannikov señaló que fue su fe lo que lo puso tras las rejas lo que lo ayudó a sobrevivir. "Puedo decir con certeza que nunca he tenido una relación tan fuerte con Jehová Dios".
Konstantin Sannikov fue condenado a 6,5 años de prisión en febrero de 2023 por cargos de extremismo. Teniendo en cuenta el tiempo de encarcelamiento en el centro de detención preventiva, se considera que su pena de prisión ha sido cumplida, pero la pena adicional en forma de restricción de la libertad de 1 año sigue en vigor. Dos creyentes más de Tatarstán permanecen en prisión por sus creencias.